Un recuerdo de infancia son esos días invernales que no podíamos salir al campo y me imagino que a la desesperada mi madre proponía hacer galletas. No hace mucho tiempo, no se el motivo, me acordé de ellas, le pedí la receta y os aseguro que merece la pena hacer deliciosas galletas caseras.
Ingredientes:
1/2 kl. de harina
2 huevos
250 gr. de mantequilla
250 gr. de azúcar
Ralladura de limón
1 cucharadita de ron (opcional)
Modo de hacerlo:
Se ponen la harina, los huevos, el azúcar, la ralladura, el ron y la mantequilla en un bol y se comienza a amasar con las manos. Una vez que los ingredientes van mezclándose conviene seguir amasando encima de una superficie plana para trabajarla mejor. A veces, tenemos que incorporar un poco más de harina para conseguir una bola compacta que no se nos pegue en las manos. Obtenida la bola la metemos a enfriar en la nevera al menos media hora.
Sacamos la masa de la nevera y con un rodillo la extendemos, procurando tener la superficie donde trabajamos enharinada para que no se nos pegue. Hacemos las galletas con moldes según nos parezca y procuráis que entre tanda y tanda no caliente la masa guardándola en la nevera. Horneamos, con el horno precalentado, a 200g. hasta que estén doradita.
Ya veis que sencillo, pero siempre se puede ir un pelo más allá e intentar hacer la competencia a Peñalba. Buscamos los moldes más pequeñitos que podamos, hacemos las galletitas y juntamos de dos en dos pegándolas con mermelada (si es casera de lujo) y las bañamos por encima con un glaseado de limón (azúcar glas humedecida con zumo de limón). También podéis adornarlas con cobertura de chocolate. Un beso.