Hay recetas que una vez que las descubres piensas que cómo has podido vivir sin ella durante tanto tiempo. Es el caso de este biscuit casero muy fácil de hacer, con muchas posibilidades a la hora de utilizar pues combina con un montón de salsas (chocolate, caramelo, frutos rojos…) y que lo puedes usar para hacer otros postres. En esta ocasión yo he optado por acompañarlo con una densa salsa de chocolate templada.
Ingredientes:
1 l. nata para montar
6 huevos
12 cucharadas de azúcar
Modo de hacerlo:
En un bol y con unas varillas eléctricas montamos la nata con 2 cucharadas de azúcar. Reservar.
Cascamos los huevos y vamos separando las claras de las yemas. Con las varillas eléctricas subimos las claras a punto de nieve duro junto con 4 cucharadas de azúcar y las reservamos también.
Por último batimos muy bien las yemas con las 6 cucharadas se azúcar hasta que estas blanqueen.
En un bol grande mezclamos las yemas con la nata, poco a poco y con movimientos envolvente y seguidamente vamos incorporando de la misma manera las claras a punto de nieve. Con esta operación habremos obtenido un compuesto de textura fina y cremosa.
Para terminar el postre, untáis un molde rectangular con mantequilla y lo forráis con papel de aluminio dejando por los lados que sobresalga para luego poder tapar la parte de arriba. Volvéis a untar el molde con mantequilla y echáis el biscuit dentro, tapáis y lo metéis en el congelador. Conviene hacerlo el día antes para que enfríe bien. Para desmoldarlo lo sacáis un ratin antes de irlo a servir. Todo esto nos lo podemos ahorrar si compramos unos moldes de aluminio que venden para este tipo de cosas.
Como ya os dije, esta vez he decidido acompañar el biscuit con una salsa de chocolate que hago derritiendo chocolate especial para postres con un poco de nata y algo de azúcar.
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