Ya os he comentado que a mi en la cocina me atraen especialmente los productos de vivos colores y dentro de este grupo de alimentos de bonito color destaca, desde mi punto de vista, el rojo tomate (ya se que hay tomates de otros colores, pero hoy voy a usar el rojo). La ensalada que hoy os voy a contar puede resultar un pelín más pesada de elaborar que una normal, pero hay veces que merece la pena un pequeño esfuerzo extra y esta es una de ellas.
Ingredientes para 4 personas:
5 tomates rojos y de tamaño grande
1/2 rulo de cabra pequeño o una rodaja gordita de los grandes
2 cucharadas de arándanos deshidratados o pasas sin pepitas
1 paquete pequeño de taquitos de bacon
algo de verde para adornar (canónigos, rúcula…)
4 nueces o un par de cucharadas de esas que se compran peladas
4 cucharaditas de cebolla deshidratada
aceite de oliva virgen extra
vinagre de Módena
sal y pimienta
Modo de hacerlo:
Lo primero que tenemos que hacer es pelar los tomates, para ello les hacemos unas incisiones poco profundas en el trasero en forma de cruz y los introducimos en agua hirviendo durante unos segundos hasta que veamos que la piel se despega, los pasamos por agua fría y los pelamos. Meterlos una media hora en la nevera para que vuelvan a enfriar.
En un bol mezclamos medio vaso de aceite con una cuarto de vinagre, salpimentamos, batimos y añadimos los arándanos para que se vayan hidratando.Reservamos.
Pelamos y troceamos las nueces, cortamos el queso en daditos y freímos el bacon quitándoles la grasa.
Una vez que tenemos los tomates fríos, les cortamos la tapa de arriba, con la ayuda de un cuchillín y una cucharita vaciamos 4 de los tomates, el quinto lo cortamos a la mitad le quitamos las pepitas y lo troceamos en cuadraditos.
Mezclamos el tomate con el queso, el bacon, las nueces y el aliño. Rellenamos los tomates, les ponemos por encima la cucharadita de cebolla crujiente y por último los adornamos con los canónigos.
Esta ensalada está pensada para que funcione perfectamente como un primer plato, Puedes hacerlos más pequeños y acompañar a una carne o pescado haciendo de ello un plato único. Un beso.