Después de las maravillosas experiencias anteriores con Isa y María, acometo esta tercera colaboración con Jaime con verdadera ilusión. Ambos somos vecinos de La Fresneda y con el inestimable trabajo, sin el cual este post no tendría sentido, de Mercedes Blanco nos disponemos a pasar una mañana de lo más agradable.
Cuando le propuse a Jaime, profesor de lengua y literatura española en la Temple University de Filadelfia, esta aventura, sabía de su gran afición y pericia en la cocina, y así nos lo demostró con un fantástico y sencillo menú que nos hizo disfrutar enormememente tanto de su elaboración como su posterior degustación.
Quedamos a media mañana para hacer alguna que otra comprita antes de ponernos a cocinar, cuando hablamos de compras y vives en La Fresneda, es imposible no hacer referencia a Also, un comercio especializado en ¡calidad!. Al frente de este comercio están Maite y Cefe, vecinos nuestros y profesionales como la copa de un pino. La carne que venden es de una calidad superior, pudiendo encontrar junto con las piezas habituales de vacuno, ave y cordero, una creciente y cuidada selección de platos semipreparados (callos, cachopos, albóndigas…). Pero no era esa sección hoy la que venimos a visitar.
Para el primer plato del menú de hoy, Jaime le pide a Maite que le corte jamón muy finito, con el cual se propone a hacer un crujiente de jamón con el que adornar el gazpacho de melón con el que más tarde nos sorprendería.
Seguidamente nos acercamos a la frutería para hacernos con los ingredientes necesarios para nuestro gazpacho y para el chutney de mango con el que sabiamente Jaime acompañaría su delicioso Tataki de salmón. No puedo por menos que mostraros unos tomates corazón de buey que ahí tenían expuestos, por su gran belleza.
Para el gazpacho Jaime usó la variedad de tomates pera, pepino, cebolla, pimiento rojo y como no, melón.
Una vez comprados los ingredientes que necesitábamos, y una botellita de vino, del que también tienen una buena selección al igual que una sección de productos de muy primera calidad, nos despedimos con un agradable sensación por el trato recibido.
Gracias a todos de corazón, sigo comprobando la gran calidad del pequeño comercio de mi entorno.
Una pausa merecida es la que hicimos a la vuelta de la esquina, cervecita en La Antojana que es una pizzería que tiene una agradable terracita y que se precia de tener unas pizzas caseras ricas, ricas al igual que un montón de cositas más tanto de la cocina italiana como de la tradicional asturiana.
Repuestas fuerzas, llega la hora de cocinar. Tengo que confesar que Jaime lo hizo todo él y yo no metí baza en nada, ¡chico eres un fenómeno!. Al entrar en casa de Jaime y Leti, su mujer, lo que más me llamó la atención es el ambiente tan agradable que se respira, tonos claros, luz y una mesa puesta que pocas veces se ven.
Mientras cocinaba Jaime me contó de su amor por la cocina oriental, destacando la japonesa que define como la cocina que más respeta el producto, al minimizar su elaboración. Se nota cuando alguien tiene mundo. El menú que preparó está basado en esta cocina de aire oriental compuesto en primer lugar, por un refrescante gazpacho de melón adornado con un fantástico crujiente de jamón.
Jaime es de los que cocina a ojo y yo voy a intentar cuantificar, en la medida de lo posible los ingredientes de las recetas, para el gazpacho un kilo de tomates rama maduritos, que cortó en trozos medianos.
Seguidamente añadió media cebolla, también cortada en trocitos como un cuarto de pepino y otro de pimiento rojo y, por supuesto una buena rodaja de melón (conviene que probéis para poner la cantidad que más os agrade).
Para finalizar, lo batió todo con la minipimer agregando medio vaso de aceite de oliva virgen extra, un chorrín de vinagre y una pizca de sal.
Su duda fue si pasarlo por el chino o dejarlo tal cual, y ante mi respuesta de que lo hiciera como a él más le gusta optó por la última opción y os aseguro que no se confundió. Para rematar este delicioso y refrescante gazpacho paso por la sartén un par de lonchas de fino jamón, con las que desmenuzadas remataría el primer plato.
Al gazpacho le siguieron dos platos más que por razones de espacio, para no alargarnos más os cuento en el siguiente post. Un beso.