He de confesar que si yo no soy una buena repostera, es por que no todo se hereda con los genes, pues tengo una madre que además de ser una gran cocinera, es también una fantástica repostera.
Y he pensado que si ando detrás de los amigos para que cocinen conmigo, que mejor que Inge, que es una gran cocinera y para colmo es mi querida madre.
De todas las tartas que hace, que son muchas y muy buenas, ya os conté alguna como la tarta de manzana y almendras, una que a mi me gusta en especial es un brazo gitano de fresas, frambuesas y nata.
Para hacer esta tarta tendréis que elaborar un bizcocho, para el cual vais a necesitar: 3 huevos, la ralladura de un limón, 60 grs,. de harina, 60 grs. de Maicena, una cucharadita de levadura en polvo, 120 grs. de azúcar y tres cucharadas de agua templada.
Poner en un bol las 3 yemas, el azúcar, la ralladura del limón y el agua, y con unas varillas eléctricas batirlo muy bien hasta que te quede espumoso. Añadir la harina y la Maicena, con la levadura e incorporar todo hasta que te quede una masa homogenia. Batir las tres claras a punto de nieve y añadir a la masa con movimientos envolventes.
Forrar la bandeja del horno con un papel específico para ello, echar la masa cubriendo toda la bandeja y dejar que se haga a 200 grados, arriba y abajo, hasta que esté dorado.
Humedecer dos paños y en uno de ellos colocamos nuestro bizcocho con el papel hacia arriba y lo quitamos. Cubrir el bizcocho con el otro paño húmedo y enroscarlo sobre si mismo como si fuera un rulo. Reservar.
Con unas varillas eléctricas, o un robot de cocina montar medio litro de nata líquida con dos o tres cucharadas de azúcar y guardar en la nevera.
Necesitamos también 700 grs. de fresas y 300 grs. de frambuesas (si os es difícil encontrar estas últimas podéis hacerlo sólo con 1 kl. de fresas). Limpiáis la fruta y troceáis las fresas reservando alguna que veáis especialmente bonita para decorar y las dejáis que sequen.
Para montar el brazo desenroscáis el bizcocho y lo dejáis sobre un paño, lo cubrís con 2/3 de la nata.
Colocáis encima la fruta teniendo la precaución de no llegar hasta los bordes, que dificultaría el cerrado.
En este punto toca añadir algo de azúcar por encima, y la cantidad, una o dos cucharadas, dependerá del gusto de cada uno y sobre todo del dulzor de la fruta.
Cogéis los lados del paño y cerráis el bizcocho formando un rulo relleno, ponéis la fuente encima y con cuidado le das la vuelta. Si se te abre algo, que no sería raro, lo recompones con las manos.
Cubrir nuestra tarta con el resto de la nata montada y adornar con unas fresas por encima.
Esta tarta tiene una variante que también me encanta, pero eso es otra historia. Un beso y ¡gracias madre!.
Fotografía: Mercedes Blanco