Este verano inauguró casa en Luanco, con una barbacoa estupenda en su jardín, un querido matrimonio de amigos míos. Y para allá que me fui encantada de la vida.
La velada no pudo resultar más agradable. La casa, una gozada, haciendo honor a la profesión de arquitectos que ambos ejercen, así como el nutrido grupo de buenos amigos que allí nos reunimos y que fuimos fenomenalmente tratados.
Una cosilla que andaba por la mesa, haciendo la labor de entrante, fue una deliciosa pizza. Y, será por deformación profesional, que no pude más que ir a Loreto y preguntar por ella. Una vez que me contó cómo la hacía, y abusando de nuestra amistad, le pedí que si podría hacerla conmigo para así yo contároslo.
Llegamos a Villalula una mañana de sol increíble. Después de presentarle a Mercedes, que como siempre me hace unas maravillosas fotos, Loreto nos dio una vuelta por la preciosa casa. Ésta hizo las delicias de Mercedes, como había hecho las mías unos días antes. Nos cuenta de sus gustos, de sus colores y de su mundo que está rodeado de cosas sencillas, pero hermosas.
Una vez vista la casa, con su estupendo porche y jardín, nos disponemos a ponernos manos a la obra y nos dirigimos a la cocina.
Esta pizza es la bomba, y estoy segura que os vais a animar a hacerla, pues no puede ser más sencilla y más resultona. Me cuenta Loreto que con la vida profesional que lleva hay que buscar recetas que gusten a los niños (y mayores) y que a la vez integren alimentos que les aporten lo que ellos necesitán para su dieta diaria. ¡Esta pizza lo tiene todo!
Como veis, los ingredientes son sencillos y se compran elaborados. La masa era comprada hecha, de la marca Buitoni, de la gran familia de alimentos Nestle. Pero si hay algún atrevido que la haga casera, estupendo. También vais a necesitar algo de salsa de tomate, salmón ahumado, gulas, calabacín, queso en lonchas y huevas (negras o rojas).
Loreto, que se declara una enamorada del orden, coloca todos los ingredientes de manera impecable en cacharritos ideales, para así tenerlo todo a mano a la hora de ponernos a elaborar.
Lo primero que hace es colocar en la bandeja del horno la masa, con el papel que trae bocabajo. Extiende sobre ella la salsa de tomate y, encima, coloca el calabacín que ha cortado en rodajas finas previamente.
Cubre las rodajas de calabacín con el queso en lonchas y lo introduce en el horno, precalentado a 200 grados unos 7-10 minutos.
Una vez que el queso está fundido, nuestra masa dorada y el calabcín ablandado, saca la pizza del horno y coloca sabiamente distribuidos los demás ingredientes: las gulas, el salmón ahumado cortado en trocitos y las huevas. Luego, la vueve a introducir otra vez en el horno unos 5 minutillos para que calienten estos ingredientes.
Para terminar esta simple receta, sólo queda añadirle un chorrito de aceite del bueno.
Espero que os haya gustado y que os animéis algún día a hacerla, pues creedme si os digo que merece la pena. Como siempre, darle las gracias a Loreto y Alberto por su receta y sobre todo por su amistad. Un beso.