Verdaderamente, en muchas ocasiones, qué sencillo es hacer que nuestra vida sea más agradable. Esta facillísima receta es de las que hacen que un desayuno o una merienda de diario se conviertan en toda una fiesta. Para ello sólo necesitamos un puñadín de ingredientes y un ratín de nuestro tiempo.
Ingredientes:
Para el bizcocho vamos a usar 250grs. de mantequilla, 250grs. de azúcar, 4 huevos, 125grs. de harina , 125grs. de Maicena y la ralladura de un limón.
Para el glaseado sólo necesitamos 4 cucharadas colmadas de azúcar glass y el zumo del limón.
Modo de hacerlo:
Tenemos que tener la mantequilla en punto de pomada, que no es otra cosa que a temperatura ambiente, siempre y cuando no vivas en el Polo.
Poner en un bol grande la mantequilla, el azúcar, los huevos y la ralladura de limón y con unas varillas eléctricas batir bastante tiempo (es importante que coja bien de aire). Mezclar la harina y la Maicena e ir agregándolas poco a poco, tamizándolas con un colador, hasta obtener una masa no muy consistente.
Untar un molde rectangular con mantequilla y forrar el fondo con papel de hornear, para facilitar la operación de desmoldar. Rellenar el molde con la masa e introducirlo en el horno precalentado, a 165 grados unos 55 minutos más o menos. Es importante no andar abriendo el horno y, cuando creas que pueda estar, comprobarlo con un palillo: si sale seco, nuestro bizcocho estará hecho.
Una vez desmoldado el bizcocho lo vamos a bañar con el glaseado de limón; este paso no es imprescindible, pero es de los que marcan la diferencia. En un bol pequeño ponemos el azúcar glass y la vamos humedeciendo con el zumo de limón hasta obtener una pasta no muy líquida, es más, más bien espesa. Bañad con ella el bizcocho, si os quedáis cortos de glaseado, haced un poco más.
Este bizcocho, además de estar buenísimo, tiene la cualidad de aguantar genial unos cuantos días, con lo que es perfecto para casa de muchos y para casa de no tantos. Un beso.
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