Una cosa que me encanta es aprovechar una tarde tonta (así se denominan en mi familia, las tardes en las que no tienes gran cosa que hacer) para cocinar recetas que llenan tu casa de deliciosos olores y evocaciones de infancia. De vez en cuando recordar recetas de toda la vida es estupendo y no hay nada mejor que desayunar o merendar unas sanas y deliciosas magdalenas.
En esta ocasión las magdalenas van a ser de chocolate y la felicidad es total.
Ingredientes:
2 huevos
200grs. de azúcar
1 vaso de leche
½ vaso de aceite
1/2 sobre de levadura química
250grs. de harina
1 cucharada de cacao en polvo
Pepitas de chocolate
Modo de hacerlas:
Con la ayuda de unas varillas eléctricas bate bien los huevos, añade el azúcar y sigue batiendo hasta que aumente de volumen. Incorpora el aceite (yo para esta receta uso aceite de girasol pues es más suave, pero usa el que quieras), la leche y mézclalo todo bien. Junta la harina con la levadura y vete incorporando poco a poco a la mezcla anterior hasta obtener una masa líquida (este paso mejor lo haces con una espátula a mano).
Pon los moldes de magdalena sobre una superficie y pon en la base una cucharada y media de masa y echa unas pepitas de chocolate.
Cuando hayas acabado con todos los moldes añade a la masa que te queda una cucharada de cacao en polvo y rellena los moldes con ella. Para finalizar pon alguna pepita de chocolate por encima.
Mete las magdalenas en el horno precalentado a 180 grados unos 25-30 minutos, comprueba con un palillo que tus magdalenas están cocidas y listo.
Te aseguro que pararse de vez en cuando y hacer este tipo de recetas, lejos de engordar nuestro cuerpo lo que engordan es nuestro espíritu. un beso.