Ya os he dicho en alguna que otra ocasión que pararse a merendar con unas amigas puede ser mejor terapia que una sesión en el mejor de los balnearios. Ya se que estarás pensando, ¡qué horror!, con lo que engorda un bizcocho. No te engañes, lo que engorda es comer más de la cuenta y no hacer el suficiente ejercicio, merendar una tarde este delicioso bizcocho en compañía de tus seres queridos no sólo no engorda (quizás un poco el alma), sino que te deja como nueva.
Para hacer esta receta no necesitas ni sacar la pesa del armario, pues he tomado como base el facilísimo bizcocho de yogur que seguro que ya conoces.
Ingredientes:
300grs. de cerezas (por decir algo)
un chorito de ron, brandy…. lo que tengas
1 yogur natural (si lo tienes de sabor también sirve)
1 medida del vaso de yogur de azúcar
1 medida del vaso de yogurt de aceite de girasol
2 medidas de vaso de yogur de harina
1 sobre de levadura química
3 huevos
ralladura de piel de limón (si has puesto el yogur natural)
un par de puñados de almendras naturales peladas
Modo de hacerlo:
Pon en una sartén un poco de aceite y saltea las cerezas sin pepitas (yo utilizo un aparatín específico para quitar pepitas, si no lo tienes usa un cuchillo de cocina) añadiendo un chorro de ron (puedes usar otro licor que tengas a mano) hasta que veas que ha evaporado el líquido y las cerezas han ablandado. Resérvalas.
En un bol grande bate bien, con las varillas eléctricas, los huevos con el azúcar y cuando lo tengas añade el aceite y el yogur, sigue batiendo hasta tener una mezcla lisa. Tamiza la harina y la levadura y añádesela poco a poco, sigue batiendo. Para finalizar incorpora las cerezas y la ralladura de piel de limón y con una espátula intégralo todo.
Prepara un molde de bizcocho, úntalo con mantequilla y espolvoréalo con pan rallado (si usas de silicona te ahorras este paso). Mete la masa en el molde, espolvorea la superficie con las almendras troceadas groseramente y hornea una hora más o menos en el horno precalentado a 160 grados.
Yo en casa tenía una bolsa de almendras con piel, con lo que puse al fuego un cazo con un poco de agua, cuando comenzó a hervir eché las almendras y las escaldé un minutillo, las enfrié en el grifo y las sequé con papel de cocina. Pelan de maravilla.
En un abrir y cerrar de ojos tienes tu merienda preparada, ¿té o café?. Un beso.