Es curioso comprobar como hay productos que casan genial y que gustan a casi todo el mundo convirtiéndose, a lo largo del tiempo, en todo un clásico. Es el caso de las fresas con nata, postre que triunfa allí donde lo haya.
En esta ocasión voy a darle una pequeña vuelta, a las fresas y a la nata les voy a añadir un poco de galleta y te voy a enseñar como hacer unos vasitos que harán que tus fresas con nata sean toda una sensación, eso sí sin perder la esencia del plato.
Ingredientes para 12 vasitos:
400 grs. de pastas
400ml. de nata para montar
400grs. de fresas maduras
2 cucharadas rasas de azúcar glas
una cajita de grosellas
Modo de hacerlo:
Pon en un bol la nata y con las varillas eléctricas empieza a montarla, cuando veas que empieza a endurecer incorpora el azúcar glas y sigue batiendo hasta que la nata te quede con una consistencia dura. Divide la nata montada en dos boles (uno un poco más lleno que otro).
Lava las fresas y quítales las hojas, ponlás en una picadora y redúcelas a puré. Añade este puré de fresas al bol que dejaste un poco menos lleno, de tal manera que la nata te coja un precioso color rosa.
Busca unos vasitos pequeños, yo en este caso he usado unos que compro en una conocida tienda de muebles y que ellos los venden como portavelas, son ideales para estas cosas y están genial de precio.
En cuanto a las pastas, que tienes que triturar hasta reducir a textura arenilla, yo usé unas de las monjas (Carmelitas Descalzas de Oviedo), pero se me ocurre que pueden quedar perfectos los suspiros de Busdongo o cualquier otras pastas de mantequilla que te gusten. Si me apuras usa unas simples galletas que el resultado será fantástico de todas todas.
Pon en la base del vaso una cucharada de galleta, aplasta y coloca encima una capa de nata con fresas, vuelve a poner otro poco de galleta molida encima, aplástala con cuidado un poco y coloca una última capa de nata blanca.
Para rematar el postre nada como adornar el vasito con unas grosellas que son tan chulas, si te es difícil hacerte con ellas no te preocupes, puedes poner una fresa cortada a la mitad, e incluso cortada en cuadraditos. Guarda el postre en la nevera hasta que lo vayas a servir (puedes hacerlos de un día para otro que te aguantan perfectamente).
Ya ves como una simple receta de toda la vida puede dar pie a otra un poco más trabajada pero que respeta totalmente los sabores originales y son perfectos como colofón a la más «sofisticada» fiesta (acuérdate de que celebrar en casa es estupendo). Un beso.
Fotos Mercedes Blanco (dadalacoyuntura.com)