Un clásico de la cocina de casi todas las casas, a pesar de ser típico de Italia, pues ha traspasado fronteras, son los canelones. Hay muchas variaciones de esta estupenda receta, pudiendo ser de carne, pescado e incluso vegetales. Yo hoy os voy a contar la manera como se han hecho en mi casa toda la vida. Rellenos de bonito.
Vamos a suponer que ya no es época de bonito y que no podemos aprovechar un resto de este versátil pescado que nos ha sobrado y lo que tenemos que utilizar es bonito enlatado: queda perfecto en esta elaboración.
Ingredientes para 4 personas:
15 placas de pasta para canelones (a mí me gusta la de cocer) por decir algo, en cada casa se comen unas cantidades y yo los suelo poner de plato único.
Para el relleno:
2 latas de bonito en aceite de oliva
1/2 cebolla
1/4 de pimiento
1 diente de ajo
salsa de tomate
Para la salsa de tomate:
Hacer salsa de tomate «casera» es muy fácil, se conserva bastante en nevera, congela divinamente y nos sirve para un montón de platos.
1 lata de tomate triturado de 800grs.
2 cebollas
aceite, sal y una pizca de azúcar
Para la bechamel:
3 cucharadas de margarina
2 cucharadas colmadas de harina
3/4l. de leche
sal y nuez moscada
Modo de hacerlo:
Lo primero que vamos a cocinar es la salsa de tomate, que podemos tenerla hecha con anterioridad. Si, a pesar de lo fácil que es hacerla, no te viene bien, siempre puedes usar una que compres ya elaborada.
Cubres el fondo de una pota mediana con aceite de oliva. Cuando haya calentado, añades las cebollas cortadas en juliana (tiritas) y dejas rehogar con una pizca de sal, hasta que cojan color. Añade la lata de tomate triturado y deja cocer a fuego suave durante unos tres cuartos de hora. Pasado el tiempo, tritura con la minipimer, rectifica la sal y añade una cucharadita de azúcar que siempre le viene bien al tomate.
Pon a cocer las placas de canelones, según te indique el fabricante, y una vez cocidas pásalas a un colador y enfría con agua. Reservar extendidas sobre un paño de cocina limpio.
Mientras va cociendo la pasta podemos ponernos a hacer el relleno: picamos el ajo, la cebolla y el pimiento y lo pochamos todo en una sartén con un chorro de aceite de oliva hasta que ablande; añadimos el bonito desmigado (sin el aceite) y unas cuatro cucharadas de salsa de tomate (que quede jugoso, sin ser demasiado líquido); salpimentar y dejar todo junto unos 5 minutillos. Reservar.
Una vez que el relleno haya enfriado un poco, lo distribuimos por todas las láminas de pasta y las enrroscamos formando los canelones.
Coger una fuente de horno, cubrir el fondo con una capa de salsa de tomate y colocar sobre esta los canelones. Ahora es el momento de cubrirlos con una bechamel que haremos derritiendo en una pota la margarina, añadimos la harina revolviendo para evitar los grumos y poco a poco incorporamos la leche sin dejar de revolver. Dejar cocer unos 10 minutos y sazonar con sal y, si tienes, un poco de nuez moscada, que le va genial.
Para rematar este gran plato, le ponéis queso rallado por encima y lo metéis al horno a gratinar. Como ya os dije, yo los pongo de plato único con una ensalada y en casa ese día es fiesta. Un beso.