La repostería no tiene por qué ser complicada, muchas veces menos es más y una gran receta es aquella que la puede hacer un niño y después la disfrutamos todos como tales comiéndola.
Esta receta de quesada, que me paso mi querida amiga Marijose, es de esas, rápidas y fáciles. Para hacerla he seguido al pie de la letra sus instrucciones, incluso en la marca de quesitos que me recomendó. La única licencia que me he permitido es la de adornarla con una preciosa capa de mermelada de fresa de la que si quieres puedes prescindir.
Ingredientes:
1 cajita de 200ml. de nata para montar
1 yogur natural
2 medidas del vasito de yogur de azúcar
1 medida del vasito de yogur de harina
1 medida del vasito de yogur de leche
4 quesitos preferentemente de El Caserío
3 huevos
Mermelada (opcional)
Modo de hacerla:
Pon en un bol alto el yogur, después limpia el vasito que te va a hacer de medida para los demás ingredientes. Añade los quesitos, la leche, la nata, el azúcar, la harina y los huevos y vate todo bien hasta que no te quede ningún grumo.
Vierte la mezcla en un molde de horno al que previamente habrás untado con mantequilla, yo este paso me lo salto pues utilizo un molde de silicona que no necesita preparación. Marijose usa moldes de aluminio desechables que son también fáciles de desmoldar y luego se tiran.
Mete la quesada en el horno precalentado a 200 grados y deja que se haga unos 30 minutos, cuando al meter un palillo en el centro salga seco será que esta.
Yo el mío lo desmoldé dándole la vuelta cuando enfrió y lo cubrí con una mermelada de fresa, pero te aseguro que si te complica no es en absoluto necesario.
Ya tienes listo tu postre, no me negaras que no puede ser más sencillo, es ideal para llevar a cualquier reunión, pues de un día para otro está estupendamente y se puede cortar en cuadraditos como una tortilla de patata con lo que se puede comer con la mano en plan picnic. Un beso.